domingo, 20 de febrero de 2011

CÁNCER


Siento tanto haberle dejado ahí, esperando un porqué tras un lamentoso adiós... Pero no podía decirle que poco tiempo me faltaba para morir. Tal vez así ella pueda comenzar antes una nueva vida, una vida sin mí, una vida sin enfermedad. No puedo permitir que me vea en este estado, porque de esa manera, sé que se quedaría aquí, conmigo, esperando la muerte y deseando un milagro que jamás ocurriría. Lo hice por ella, por su libertad, por no hacerle esclava de un pobre moribundo que cuenta sus horas como la novia que espera segundo a segundo el momento de oir el "si quiero". Sólo espero que olvide mi rostro, que olvide mis ojos, mis manos... que viva recordándo unos años en los que una sonrisa mataba de amor.


EL CONSTRUCTOR

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