miércoles, 9 de febrero de 2011

CAMINO DE LA FRONTERA

Lo que puede dar de sí un Golf es poco comparado con un concierto en Sanse. Merece la pena meterse cinco en un coche a las 23.30 de la noche, poner rumbo oeste... y partir.

Es curioso estar con alguien y no verle la cara hasta una hora después. Sí, es lo que ocurre cuando vas de copiloto y la otra persona está justo detrás de tu asiento. Pero bueno, así se hacen migas. Y qué grande es ponerse camino de la frontera... disfrutando a ratitos...

Para Ori Ella.

EL CONSTRUCTOR

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