jueves, 4 de agosto de 2011

SIN SANGRE EN LAS VENAS

Salieron de casa a pasear, pero sin sangre en las venas. Andaban de la mano, pero con un tacto áspero y distante. Se miraban, miraban ojos vacíos, lámparas sin luz llenas de polvo. Pasos muertos por el puerto, andaban sin dirección bajo el amparo de la decepción personal. Un sol les mira llorando por la decadencia de lo humano. Tristes valadas las del agua contra los barcos amarrados, gotas saladas que gritaban al morir.
Siguieron paseando de la mano, pero sin sangre en las venas.
Aquel fatídico día, decidieron decir que no a un nuevo ser en sus vidas.
Aquel fatídico día, decidimos enterrar al mundo.

EL CONSTRUCTOR 2.0

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